Uno de los colaboradores en la investigación de corrupción contra el presidente brasileño, Michel Temer, confesó que su empresa JBS le paga sobornos desde 2010, según documentos difundidos por la Corte Suprema.
Los testimonios de Joesley Batista, dueño de JBS, fueron dados en el marco de un acuerdo de cooperación judicial y refuerzan la problemática causada por unos audios divulgados por el tribunal, que comprometen a Temer y lo llevaron a dirigirse a la nación para asegurar que no renunciaría, pase a la creciente presión que vive.
Sobre la base de esos audios y la totalidad de la confesión de Batista, uno de los dueños del gigante JBS, la Corte Suprema abrió una investigación formal contra Temer, quien pudiera ser desalojado del poder si se instaura un proceso penal en su contra, lo cual debería ser avalado por el Parlamento.
Los audios causaron un revuelo político y fueron grabados por Batista durante una visita que le hizo a Temer en la residencia oficial de la Presidencia el pasado abril.
En ellos se le escuchando relatando diversas irregularidades, como que busca “favores” para su empresa en algunos ministerios, que está en contacto con fiscales que le informan sobre investigaciones o que soborna a un exdiputado preso por corrupción y cercano al gobernante para que no colabore con la justicia.
Ante todo eso, Temer asiente o simplemente escucha sin dar ningún comentario, lo cual fue interpretado por analistas jurídicos como un explicito apoyo a acciones al margen de la ley.
Sobre estos audios, lo único difundido oficialmente hasta entonces sobre la confesión de Batista, el presidente brasileño aseguró que fueron grabados en forma “clandestina” y garantizó que en ellos no hay pruebas de su presunta culpabilidad.