De acuerdo con el aumento de número de ataques dirigidos hacia políticos y funcionarios públicos, especialmente durante las campañas políticas en los últimos dos años, algunos analistas estimaron que las elecciones de 2024 podrían convertirse en las más violentas de la historia. Durante el periodo comprendido entre 2021 y 2023, este tipo de incidentes se incrementó en un 198%.
Los análisis de este tipo de incidentes advierten sobre el crecimiento en el uso de la violencia, en ocasiones letal, como medio para gestionar reajustes políticos. Destacan que el ámbito local es particularmente peligroso para la participación política, principalmente en Veracruz, Oaxaca, Puebla, Guerrero y Michoacán.
Subrayan que, en uno de cada tres casos de violencia, las víctimas ya habían sido objeto de ataques previos. Además, plantean la interrogante de si el motor de esta violencia es la presencia de grupos de la delincuencia organizada o si son las tensiones políticas, partidistas y la confrontación de redes clientelares lo que hace que participar en el juego político sea peligroso.
Entre el 1 de enero de 2018 y noviembre de 2023, se registraron 1,563 ataques, asesinatos, atentados y amenazas dirigidos hacia personas que ocupan cargos en el ámbito político, gubernamental, o contra instalaciones de gobiernos o partidos.
En 2021 se reportaron 178 eventos, en 2022 la cifra se elevó a 482 y en 2023 se registraron 529 casos, lo que representa un aumento del 198%. De esa cantidad de delitos, 923 son reportes de secuestros, 276 ataques armados, 136 secuestros, 124 amenazas, 73 atentados y 32 desapariciones.
Si se observan los registros anuales (enero – diciembre) de ese tipo de incidentes, sin tomar en cuenta los calendarios electorales (que van de septiembre del año previo al día de la elección, en junio), se aprecia un incremento considerable durante 2022 y 2023.
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