El papa Francisco invitó a dar la bienvenida y acoger a los migrantes. Lo anterior en la isla de Mauricio, a donde llegó este lunes para pasar apenas ocho horas y donde subrayó la convivencia de sus diferentes culturas, etnias y religiones.

Así lo dijo en el discurso a las autoridades y tras entrevistarse con Barlen Vyapoory, presidente interino tras la dimisión de la presidenta anterior, Ameenah Gurib-Fakim, por el uso personal de una tarjeta de crédito proporcionada por una organización benéfica.

La visita del papa ha incluso retrasado el anuncio de nuevas elecciones tras la dimisión de la presidenta.

En su alocución, el pontífice destacó el “rostro multicultural, étnico y religioso” del país y sobre todo, la belleza “de reconocer, respetar y armonizar las diferencias existentes en función de un proyecto común”.

Francisco recordó que Mauricio nació con la llegada de migrantes de diferentes horizontes y continentes, portadores de sus tradiciones, su cultura y su religión” y que “con el tiempo supieron enriquecerse con las diferencias”.

La historia de esta isla del océano Índico demuestra “que es posible alcanzar una paz estable desde la convicción de que la diversidad es bella cuando acepta entrar constantemente en un proceso de reconciliación“, subrayó.