Edgar Martínez/ El Nacional
Los piratas llegan de nuevo para dominar no sólo el mar, sino la taquilla. Ésta quinta parte de la exitosa, pero no tan memorable saga de Piratas del Caribe, nos relata lo que parece ser el FIN de las aventuras de Jack Sparrow.
Como dicen los sabios: “No es más que pan con lo mismo”, aunque esta vez con un toque nostálgico. Los personajes que antes se habían visto dentro de la franquicia, vuelven para aparecer por última vez en esta última parte, o al menos así es como lo pinta este largometraje.
En esta nueva aventura, Jack Sparrow se enfrenta a un viejo enemigo, el cual tiene un fuerte rencor hacia él por cosas del pasado (algo que ya se ha visto dentro de esta saga). Dicho villano es el Capitán Salazar, interpretado por el ganador del Oscar, Javier Bardem.
Salazar no es más que un antiguo marinero (de origen español) que durante años atrás se dedicaba a exterminar a los piratas del océano, al que Sparrow enfrentó en su época de juventud, y como dice el título: ¡tiene una sed inmensa de venganza!
Personajes nuevos como la bellísima astrónoma Carina Smyth (Kaya Scodelario) y Henry (Brenton Thwaites), un joven marinero – del cual no hablaré mucho porque si sería un spoiler gigante- son los que ayudan a Sparrow en la búsqueda de un nuevo tesoro y que juntos tratarán de escapar de la tripulación fantasma de Salazar.
Este nuevo trama no fue lo bastante emocionante como lo fue “Piratas del Caribe y la Maldición del Perla Negra” (2003) o su secuela “El Cofre de la muerte” (2006), pues ni el sorpresivo “cameo” de Paul McCartney (quien interpreta al tío de Jack) pudo salvar una historia, que si bien comenzó muy interesante y terminó muy “clichoza”, pero con un toque demasiado nostálgico (eso deberán verlo).
La banda sonora es algo de lo rescatable en este film, que de la mano de Hans Zimmer, vuelve para hacer de su música algo más destacable que la misma película, además del CGI que hicieron con Depp – como claramente puede verse en el tráiler – algo que les salió de buena manera, mucho mejor que el utilizado con Carrie Fisher en Rogue One.
Por el bien de la franquicia (Disney), esperemos que ahora sí sea la última película de ésta larga saga de piratas, porque se nota que Johnny Depp debería dejar “liberar anclas” con Jack Sparrow y dedicarse a otro personaje.