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Reyna Briseño/El Nacional.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, ha anunciado que trasladará armamento pesado a los países del este de Europa. El movimiento, anunciado en Tallin, supone un intento de tranquilizar a los Estados miembros de la OTAN que se sienten amenazados por la anexión rusa de Crimea y su implicación en el conflicto militar que sigue abierto en Ucrania.

Carter ha confirmado que los Estados bálticos Estonia, Letonia y Lituania, Rumanía, Bulgaria y Polonia se han mostrado dispuestos a alojar el armamento estadounidense. Parte del equipamiento podría confinarse también en Alemania.

Un comunicado del Ejército de EE UU eleva el armamento a 250 tanques y más de un millar de vehículos de infantería, suficientes para equipar hasta a 5.000 soldados. Una gran parte de este material se encuentra ya en Europa y ha sido utilizado en maniobras militares recientes en la región.

Tras el arranque del conflicto en Ucrania se han multiplicado las maniobras conjuntas de la OTAN y EE UU en el este. Los países bálticos hace meses que presionan sin éxito para lograr bases fijas de la OTAN en sus países con un propósito disuasorio.

Aún no hay una reacción oficial rusa al anuncio, pero la iniciativa supone un golpe a los esfuerzos que ha estado haciendo el Kremlin para intentar convencer a Occidente de que Rusia no representa una amenaza para Europa. Moscú ya ha repetido en varias ocasiones que trasladar armamento a su frontera representaría un gesto hostil.

El despliegue supondría la primera vez desde el fin de la Guerra Fría, hace más de dos décadas, que EE UU estaciona armamento pesado en los nuevos países de la OTAN del este de Europa, que integraron la esfera de influencia de la Unión Soviética.

La iniciativa supone una admisión implícita de que el Gobierno Obama no prevé un fin cercano de la intervención rusa en Ucrania, iniciada en marzo de 2013 tras las revueltas prodemocráticas y proeuropeas en ese país.

El envío de material bélico pesado supondría la decisión más contundente tomada por Washington, que ha impuesto junto a la Unión Europea sanciones económicas a Rusia.

Con el envío de material bélico, Obama busca mandar un mensaje de firmeza a Putin, pero su alcance es limitado. Los carros de combate, vehículos de infantería y otro material bélico pesado no se colocarían sobre el terreno, sino que estarían almacenados en bases aliadas para ser empleados en caso de necesidad o entrenamiento.