Residentes de un barrio en Madhya Pradesh, India, realizaron una ceremonia para divorciar a las ranas que habían casado dos meses antes para intentar acabar con las lluvias.
Este lugar tiene en la creencia de que casando a dos anfibios pueden persuadir a Indra, el Dios de la lluvia.
Sin embargo, luego de casar a las ranas, las lluvias fueron tan intensas que se presentaron varias inundaciones en distintos asentamientos y la comunidad se vio obligada a abrir las compuertas de tres represas.