Redacción/ El Nacional

Ante el temor a un nuevo brote de violencia en Medio Oriente, más de 70 diplomáticos de todo el mundo se reunieron este domingo en París para impulsar renovadas conversaciones de paz para la región que podrían conducir a un estado palestino.

La cumbre busca enviar un mensaje claro al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sobre que gran parte del mundo quiere una solución de dos estados al prolongado conflicto entre israelíes y palestinos.

Según Netanyahu, la conferencia está “manipulada” contra Israel y el próximo gobierno de Trump no participa en la cita.

“Una solución de dos estados es la única posible”, dijo el Ministro de Exteriores de Francia, Jean-Marc Ayrault, en la apertura de la conferencia. Solucionar el prolongado conflicto “es más indispensable que nunca”, agregó.

“Ambas partes están muy alejadas y su relación es de desconfianza, una situación especialmente peligrosa”, señaló Ayrault. “Nuestra responsabilidad colectiva es llevar a israelíes y palestinos de vuelta a la mesa de negociación. Sabemos que es difícil pero, “¿hay alternativa? No, no la hay”.

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Diplomáticos franceses temen que Trump desate nuevas intenciones en la región al condonar los asentamientos en tierras reclamadas por los palestinos y, posiblemente, trasladando la embajada estadounidense de Tel Aviv a la disputada Jerusalén.

Washington está representado en la cita por el secretario de Estado, John Kerry, en su último gran evento antes de dejar el cargo. Cierra además ocho años de esfuerzos estadounidenses fallidos en lo relativo a la diplomacia israelí-palestina.

Netanyahu declinó una invitación para una reunión especial tras la cumbre, y se esperaba la presencia del presidente palestino, Mahmud Abás, que pospuso su visita a la capital francesa.

Según un borrador obtenido el viernes, la conferencia exhortará a Israel y a los palestinos a “volver a afirmar oficialmente su compromiso en la solución de los dos estados”. También afirmará que la comunidad internacional “no reconocerá” cambios a los límites de Israel anteriores 1967 sin que exista un acuerdo entre ambas partes.

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La declaración final de la conferencia podría advertir también a Trump en contra del traslado de la legación diplomática, un cambio que podría verse como el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel tras décadas insistiendo en que el estatus de la ciudad debe determinarse en la mesa de negociación.

Líderes israelíes y palestinos no dialogan, ni de forma indirecta, desde el fracaso de una iniciativa de paz encabezada por Washington en 2014.