
El científico británico Stephen Hawking, también era considerado un genio de la astrofísica moderna, el cual antes de fallecer el pasado 14 de marzo dejó plasmado su conocimientos sobre el universo como demuestra su última obra, “Breves respuestas a las grandes preguntas”, que se presentó en Londres.
¿Existe un dios?, ¿cómo empezó todo?, ¿se puede predecir el futuro? o ¿qué hay dentro de un agujero negro? son algunas de las diez preguntas a las que el cosmólogo trató de dar respuesta en las poco más de 200 páginas que forman el volumen.
Para Hawking, como dijo hoy su hija Lucy durante el lanzamiento mundial del libro en Londres, lo más importante era “responder a las grandes preguntas de una manera accesible, entretenida y relevante para todo el mundo”.
Según Lucy Hawking, “Breves respuestas a las grandes preguntas” podría resumirse como “una llamada a la unidad y a la humanidad” para “encontrar soluciones” a los retos del mundo, entre los que reveló tácitamente el desasosiego que le producían a su progenitor el brexit (la salida del Reino Unido de la Unión Europea) y los nacionalismos.
El compendio de temas diversos responde también al cuestionamiento de la existencia de Dios con una respuesta definitiva: “Dios no existe, ni tampoco la vida después de la muerte.
“La explicación más simple es que Dios no existe. Nadie creó el universo y nadie dirige nuestro destino”, aseveró.
“Creo que creer en la vida después de la muerte es solo un deseo… cuando morimos nos convertimos en polvo, aseguró Hawking, quien fuera uno de los científicos más influyentes de la época moderna.
Lucy señaló que su padre antes de morir estaba “preocupado” porque, “cuando los retos globales requieren una mayor unión y cooperación”, la gente está adoptando un pensamiento “cada vez más local, fragmentado y dividido”.
Sin embargo, aseguró que era “optimista sobre el futuro” porque creía “firmemente” en el ser humano y en “su habilidad para utilizar su inteligencia” con el fin de desarrollar “las herramientas para resolver los problemas”.
Redacción/ El Nacional