Redacción/El Nacional
Un cráter de Mercurio captado por la sonda “Messenger” fue llamado Diego Rivera, en honor al pintor mexicano, luego de ser elegido ganador en un concurso para nombrar cinco cráteres de impacto en la superficie del planeta más cercano al Sol con nombres de artistas, informó el doctor Luis Alberto Zapata González, encargado del Área de Divulgación del Centro de Radioastronomía y Astrofísica (CRYA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Zapata González mencionó que la convocatoria para recibir propuestas terminó el pasado 15 de enero de 2015 y se recogieron cerca de tres mil 600 sugerencias. La Unión Astronómica Internacional (UAI), único órgano facultado para nombrar estrellas, planetas, satélites, y características superficiales de los planetas, eligió a 17 semifinalistas y finalmente nombró a los cráteres: Carolan, Enheduanna, Karsh, Kulthum y Rivera, informó la unidad de vinculación de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Según las reglas de la UAI (Unión Astronómica Internacional), los nuevos cráteres descubiertos en Mercurio deben llevar nombres de artistas que fueron famosos durante cincuenta años y que hayan fallecido hace más de 3 años.
El nombre del muralista mexicano fue propuesto, de acuerdo con la UAI por los astrónomos Ricardo Martínez y Arturo Gutiérrez, de México, y Rebecca Hare y José Martínez, de Estados Unidos.
En tanto Turlough O’Carolan (Carolan) fue un compositor irlandés a finales de los siglos 16 y principios del 17; Enheduanna fue una princesa que vivió en la ciudad Sumeria de Ur, en la antigua Mesopotamia (actualmente Irak y Kuwait) , y es considerada por muchos estudiosos como la poeta conocida más antigua; Yousuf Karsh era un armenio-canadiense y uno de los más grandes fotógrafos de retratos del siglo XX ; Umm Kulthum fue una cantante egipcia, compositora, actriz y activa entre los años 1920 y 1970; y Diego Rivera un destacado pintor y muralista mexicano entre los años 1920 y 1950.
La NASA reveló el lunes pasado una espectacular imagen cuádruple tomada por el “Messenger”, que muestra el planeta en todo su esplendor.
“La sonda dejará de funcionar, pero consideramos que la misión de ‘Messenger’ fue todo un éxito”, afirmó el director de ciencia de la NASA John Grunsfeld. “Al mismo tiempo, ahora comienza una misión mucho más larga, que consiste en analizar los datos que permitirán conocer los secretos científicos de Mercurio”. La sonda ha tomado más de 250 mil fotografías y recopilado grandes cantidades de información.
“Messenger” llevó a cabo en parte un trabajo pionero. Despegó en agosto de 2004 desde el centro espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, después de más de tres décadas sin una sola misión a Mercurio. “Mariner 10″, su única predecesora, sólo había cartografiado la mitad de la superficie del planeta, de cuya existencia se tiene conocimiento desde hace más de tres mil años.
Desde el inicio de la misión, “Messenger” recorrió más de 12 mil millas. La sonda, de unos 500 kilogramos, llegó a la órbita de Mercurio en 2011. En realidad su objetivo era dar una sola vuelta alrededor de un planeta que tiene aproximadamente el tamaño de la Luna. Pero como las circunstancias fueron favorables y había suficiente combustible, la misión se prolongó en dos ocasiones, por lo que duró cuatro años más.
“Messenger” no se encontró con un planeta especialmente acogedor, como ya tenía claro la NASA antes del inicio de la misión. Durante la noche las temperaturas de Mercurio bajan hasta los -200 grados Celsius, mientras que durante el día llegan a superar los 400. Y el sol se pone sólo una vez cada 88 días terrestres, el tiempo que dura un día en Mercurio.
“Messenger” sorprendió a los investigadores con sus fotografías y datos de este planeta. Protegida del calor por un escudo de cerámica especial y equipada con ocho instrumentos científicos, la sonda descubrió una inesperada y fuerte actividad volcánica, una insospechada escasez de hierro en la superficie e indicios de la existencia de agua.
Además, “Messenger” fotografió la última zona todavía desconocida del planeta. “Por primera vez en la historia tenemos un conocimiento real sobre Mercurio, que lo presenta como una parte fascinante de nuestro Sistema Solar”, explicó Grunsfeld.
La NASA estará en contacto con “Messenger” hasta aproximadamente diez minutos antes de que se estrelle en Mercurio. Después tocará decir adiós, sin poder siquiera dar una última mirada a la sonda, que se estrellará en la cara oculta para la Tierra.