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Redacción/El Nacional

Miles de policías de Hong Kong desalojaron uno de los tres asentamientos del movimiento prodemocrático en el que detuvieron a 116 personas, entre ellas a varios de sus líderes, mientras que los manifestantes amenazan con ampliar sus protestas en demanda de mayores libertades democráticas.

La operación policial, que se desarrolló a lo largo de dos días, culminó hoy con la eliminación de todas la barricadas en el barrio de Mong Kok, la zona más conflictiva desde que arrancaran las protestas, hace hoy 60 días, para pedir una elección realmente democrática en la ciudad en 2017.

Sin apenas usar la violencia pero con paso decisivo, cordones policiales comenzaron a avanzar en dirección a los manifestantes, forzándoles a retroceder a lo largo de la calle Nathan, en la que los concentrados tenían tomada cerca de medio kilómetro de vía desde el pasado 28 de septiembre.

En menos de tres horas, la policía había logrado eliminar los obstáculos de la calle, limpiar los accesos y restablecer el tráfico, mientras un pequeño grupo de manifestantes se concentraba en una de las intersecciones de la vía.

Dispositivos policiales permanecen en distintos puntos del barrio en alerta ante la posibilidad de que los manifestantes traten de reagruparse a lo largo de la noche, después de que varios grupos así lo anunciaran a través de las redes sociales.

La Federación de Estudiantes, una de las organizaciones clave en las revueltas civiles, amenazó con ampliar su línea de protesta, hasta ahora limitada a la ocupación pacífica de las calles y la vía de diálogo con las autoridades, tras el desalojo llevado a cabo entre ayer y hoy.

Esta actuación policial de hoy tuvo lugar tras una decisión judicial que daba permiso para la retirada de barricadas en el barrio de Mong Kok, a petición de una demanda de una organización de taxis que fue avalada por el Tribunal Superior de Justicia de Hong Kong.