Martín García/El Nacional
Despiden en el patio de la casa en que vivió hasta su adolescencia en la colonia ferrocarrileros de Ceylán del municipio de Tlalnepantla en el Estado de México a Mónica Orta Ramírez, la enfermera que perdió la vida por salvar de varias personas durante la explosión del Hospital Materno Infantil de Cuautitlán Izcalli.
Entre aplausos y vivas la carroza fúnebre partió a las dos de la tarde mientras entre los presentes y deudos solo había un denominador para Mónica, había partido una Heroína.
La última comunicación con su familia fue con su padre el señor Álvaro Orta, por medio der un mensaje, y recordó la nobleza y don de servicio a las personas.
Se estableció que cuando llego la orden de evacuar y ya no quedaba personal en la parte de cuneros, Mónica se quedo para cuidar a un bebe que estaba entubado y no se podía mover, después de que sobrevino la explosión su cuerpo fue encontrado junto al cunero al lado del bebe.
El gobierno del Distrito Federal ofreció cubrir los gastos funerarios de la enfermera Mónica Orta, pero esto fue rechazado por su padre.
A su vez el Gobernador del Estado de México Erubviel Dávila prometió apoyar a la familia de Mónica Orta Ramírez liquidando la casa que la enfermera estaba pagando y becando a los tres pequeños hijos de Mónica de ocho, siete y un año de edad, que quedaron en orfandad tras los actos heroicos de su madre.