Redacción/ El Nacional

Científicos de la Escuela John A. Paulson de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de Harvard, han desarrollaron una nueva batería de flujo, la cual  es capaz de durar más de una década activa, además de lograr que no sea tóxica, ni corrosiva.

Una batería de flujo tradicional utiliza electrolitos líquidos para almacenar cargas, a través de dos componentes químicos disueltos en líquidos que están en recipientes separados; estas baterías se recargan con el reemplazo de los electrolitos, pero cada vez que esto sucede las baterías se hacen más débiles.

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Los científicos encontraron una forma de aprovechar dichos beneficios de estas batería de flujo pero sin la degradación de la energía que se produce normalmente, al cambiar la composición química de las soluciones positivas y negativas del electrolito, haciéndolas solubles en agua y con pH neutral,  lo que posibilita su recarga sin una gran pérdida de capacidad.

“Debido a que hemos sido capaces de disolver los electrolitos en agua neutra, esta es una batería de larga duración que podría poner en un sótano. Si se derrama en el piso, no comería el concreto y ya que el medio no es corrosivo, puede utilizar materiales más baratos para construir los componentes de las baterías, como los tanques y bombas.”, señaló uno de los líderes de dicho proyecto, el  profesor Roy Gordon.