Redacción/El Nacional

De los cinco testigos en el juicio contra el ex gobernador de Tamaulipas Eugenio Javier Hernández Flores, por lavado de dinero y peculado, solo uno sigue con vida, dos de ellos fueron asesinados en el 2016, mientras uno de ellos después de ser amenazado de muerte, otra muerte fue declarada como presuntamente un suicidio en mayo del 2014, seis meses después de declarar al ex gobernador, y otro más se encuentra desaparecido desde hace un año.

El único testigo que se encuentra con vida es Feliciano Reyes, un activista de 82 años de edad, quien presentó su denuncia en el 2005 y apenas el 6 de octubre tuvo como consecuencia la captura de Hernández Flores.

Uno de los testigos Mora Vázquez habría dicho en noviembre de 2013 al Ministerio Público que lo habían amenazado de muerte. Y en 2016 Mora Vázquez fue plagiado y descuartizado.

Sin embargo el 12 de mayo de 2014, otro testigo Higuera Martínez se suicidó de un balazo en el Palacio de Gobierno de Tamaulipas, donde laboraba en la Secretaría de Finanzas. El 2 de noviembre ese mismo año, Parra Bustos fue privado de su libertad y hasta el momento se desconoce el paradero.

Eugenio Hernández ha sido identificado por la DEA como quien recibió de sobornos del cártel de drogas “Los Zetas”, una organización criminal a cambio de tener disponibilidad para poder operar sin restricciones en Tamaulipas mientras él fuera gobernador.