Redacción/ El Nacional


Un total de 135 mexicanos deportados fueron los que arribaron a la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, pero sólo unos pocos salieron por la puerta de llegadas internacionales. Uno de los primeros en llamar la atención fue Angeles Moreno, quien vestia playera azul y unos jeans.

El segundo en salir fue Ramón Barajas de Jalisco, quien mencionó que ya había sido deportado en 1999 y ahora con 18 años trabajando en EU fue detenido al intentar sacar una licencia.

Ramón Barajas
Ramón Barajas

“Estaba en Denver, Colorado, dejé a mi esposa y cuatro hijos… ¿Qué pienso?, nada, la situación está fea,” comentó.

Mencionó que el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, les había platicado sobre un programa de nombre “Somos Mexicanos”, así como de todos los apoyos que brindan para las personas mexicanas deportadas.

Muchos detallaron no tener programada una fecha para regresar a Estados Unidos, puesto que “primero volver a conocer todo el terreno y ver como esté la situación, buscar la manera de sobrevivir” sería lo mejor, comentó Barajas.

Sobre si vivieron algún tipo de maltrato durante el camino, Ramón relató “No, en el vuelo de Texas hacia aquí no, pero en otro vuelo que nos transportaron de un estado a otro si te tratan muy mal, te tratan con la punta del zapato, esposado pies y manos, del estómago y amarrado como un criminal; te quitan los cinturones, las agujetas, te quitan cualquier objeto que traigas contigo”, relató.

Pedro Vázquez de 38 años, de Hidalgo, puso fecha de regreso: “15 días máximo, sino un poquito más.”

Pedro Vásquez
Pedro Vásquez

Pedro fue detenido por manejar sin licencia. “Me llevaron a una cárcel, estuve tres días, de ahí me llevaron a Georgia, después me llevaron para El Paso.

No nos dejaron ni dormir, nos tenían despiertos desde la una de la mañana, ahí nos tenían parados, sentados, en el autobús esperando, subidos en el avión otra vez esperando.”

Con un salario de 16 dólares la hora y ganancias mensuales cercanas a los cuatro mil 800 dólares, Pedro asegura que le prometió a su esposa que regresaría.

“Uno hace lo imposible y voy a ver cómo regresar,” comentó.