Un tribunal alemán soluciono el martes un litigio entre una quesería y una vecina incomodada por el olor, al permitir a la demandante denunciar públicamente pero no colocar pegatinas que deploran el aroma de la tienda.
Un tribunal de Munich dictaminó que Manuela Kragler, que vive en la parte superior de la tienda Toelzer Kasladen, en Bad Heilbrunn, ya no puede mostrar pegatinas que representan una nariz y una señal de advertencia.
Pero una portavoz de la corte, citada por la agencia nacional de noticias DPA, aclaro que la vecina todavía podría decir que “hay un olor que molesta y que ella lo encuentra “apestoso” porque era “una expresión de opinión”.
El municipio de Bad Heilbrunn, con una población total de unos 4.000 habitantes, se encuentra en la región bávara meridional de Alemania, famosa por sus productos lácteos.
La disputa data desde que la tienda se mudó a las instalaciones, en 2016, y, en un proceso legal separado, el dueño de la tienda Wolfgang Hofmann está tratando de argumentar que se le debe permitir madurar queso allí.
Los vecinos han dicho que la tienda, que almacena alrededor de 200 tipos de queso y suministra restaurantes de alta gama, está madurando hasta tres toneladas de queso en el local.
Manuela Kragler se queja que los olores salen a través de ventanas abiertas, escaleras e incluso enchufes eléctricos.
El propietario “negó que hubiera un problema de olor desde el principio; la disputa se ha intensificado más y más”, afirmó Kragler en declaraciones al diario Sueddeutsche.
Según Hofmann, el olor emana de una actividad agrícola cercana a su tienda y acusa a sus vecinos de ocultar algún queso viejo detrás de una caja de fusibles para echarle la culpa.