De acuerdo con con la presidenta del Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor (CeMPro), Quetzalli de la Concha, las cifras reflejan de manera muy clara que casi la mitad del trabajo de los editores, de los diseñadores, de los libreros y, muy importante, de los autores mexicanos, se lo está robando la delincuencia organizada.
“Lo cual es muy preocupante, porque cuando veo a una persona en la vía pública vendiendo libros, esa persona no es quien imprime, ni quien distribuye los libros: es el último eslabón de la cadena ilegal de venta del libro apócrifo: el problema es que quien invierte dinero y obtiene ganancias de esto es la delincuencia organizada.
Estamos hablando de blanqueo de dinero, a través de la comercialización de libros apócrifos; de que cuando le compro a esta persona en vía pública pongo mi dinero en tráfico de armas, de personas, en tráfico de drogas y en todo lo que implica las redes de delincuencia organizada que tanto lastiman a nuestro país”, destacó Quetzalli.
Si bien Quetzalli de la Concha hace una generalización, al mismo tiempo recuerda que en México no hay una sola editorial que le distribuya al mercado informal. Sin embargo, “cuando llegamos a hacer operativos en bodegas son levantamientos de 20 toneladas de libros.