Tras las inundaciones registradas en las afueras de la capital de Grecia que dejo al menos 15 muertos, se declaró un día de duelo nacional.
Las lluvias convirtieron carreteras y calles en grandes torrentes de agua aplastando coches contra viviendas y magnitud de edificios. Un gran número de victimas vivían en subterráneos y fueron halladas muertas en sus casas, donde el agua alcazaba más de dos metros de altura.
El área se ha declarado en estado de alerta, y la región de Ática anunció que había activado un protocolo para solicitar ayuda financiera de la Unión Europea.
Según expertos otras de las causas que ocasionaron semejante magnitud de daños es la construcción incontrolada sobre antiguos cauces de ríos y el mal estado de canalización.
Debido a un nuevo frente de lluvias en Grecia, las tareas de rescate y limpieza se han dificultado durante las primeras horas de la mañana.
El primer ministro, Alexis Tsipras, expresó sus condolencias a los afectados y aseguro que su gobierno ayudará a todas las víctimas.