La noche del miércoles se registró un fuerte sismo de magnitud 8.3 en el país de Chile, el cual duro más de tres minutos.
El potente terremoto dejo al menos ocho personas muertas en el centro y norte de Chile, donde causo destrozos en diferentes localidades próximas al epicentro localizado en el océano Pacífico.
Autoridades chilenas levantaron una alerta de tsunami en 3.900 kilómetros de litoral del país, mientras que en las regiones de Tarapacá y la ciudad de Coquimbo dejaron vigente la evacuación.
Perú hizo lo propio a las pocas horas del sismo, aunque se mantenían los avisos para las costas de Hawái y partes de California.
En un primer momento, el Servicio Geológico de Estados Unidos reportó que el movimiento telúrico tuvo una magnitud de 7.9, pero rápidamente la corrigió a 8.3.
Funcionarios estadounidenses indicaron que se produjo en el Pacífico a las 19:54 de la noche y que el epicentro estaba a unos 280 kilómetros al norte-noroeste de Santiago y a 55 kilómetros al oeste de la ciudad norteña de Illapel, así como a cinco kilómetros de profundidad.
El ministro del Interior, Jorge Burgos, elevó de madrugada la cifra de víctimas mortales de cinco a ocho personas, una cifra que calificó de “baja, muy baja” en relación con otros “fenómenos de esta magnitud”.
Entre las víctimas mortales está Lisette Araya Silva, una mujer de 26 años de la ciudad norteña de Illapel por la caída de una cornisa, y otra de 20 años en el pueblo de Monte Patria, a 435 kilómetros al norte de Santiago, por desprendimiento de rocas.
Un hombre de entre 86 y 87 años pereció en Maipú, una comuna de Santiago, de un infarto. Además, una mujer pereció en Coquimbo mientras se desplazaba en una motocicleta por la costanera y otra murió a causa de una parada cardiorrespiratoria en Catapilco.
La última víctima hasta el momento es un joven de 19 años de Monte Patria. El jefe del gabinete agregó que las ciudades de Choapa, Illapel, Salamanca, Canela y Los Vilos y Coquimbo son las áreas más afectadas por el terremoto.
Todas han sido declaradas zona catastrófica, lo que facilitará la llegada de fondos para ayudar a los afectados.