El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció este lunes que ha decretado un nuevo confinamiento nacional en Inglaterra, que incluye el cierre de los colegios, debido a la expansión del Covid-19 causada por la nueva variante.

“Los hospitales están bajo más presión que en ningún momento desde el comienzo de la pandemia”, dijo Johnson en un discurso a la nación, en el que instó a todos los ciudadanos a no salir de sus hogares salvo por algún motivo esencial.

Los ciudadanos están llamados a seguir desde ya mismo las nuevas instrucciones, aunque la ley para regular esta nueva reclusión no será aprobada hasta el miércoles por la mañana en el Parlamento.

Johnson pidió cautela sobre la duración de la medida, pero apuntó que confía en levantar gradualmente el confinamiento y reabrir los colegios tras las vacaciones escolares de mitad de febrero “si no cambia nuestro conocimiento del virus, si la vacunación sigue siendo exitosa, si las muertes empiezan a bajar y si todo el mundo juega su papel cumpliendo las reglas”.

También para mediados de febrero espera que se haya administrado la primera dosis de la vacuna a los cuatro grupos prioritarios en la campaña de inmunización: residentes y trabajadores de residencias, mayores de 80 años, trabajadores del servicio público de salud (NHS) y la población con enfermedades preexistentes.

Johnson remarcó que la nueva variante -entre un 50 y un 70 por ciento más contagiosa- se está propagando “de manera frustrante y alarmante”.

Para ilustrar la situación, reveló que el número de hospitalizados actualmente por la covid es “un 40 por ciento más alto que en el pico de la primera ola” en abril.

Entre las directrices que forman parte del nuevo confinamiento, Johnson urgió a los ciudadanos a quedarse en sus casas y solo abandonar los hogares “por motivos limitados”.

“Los casos están aumentando casi en todas partes, en gran parte del país impulsados por la nueva variante más transmisible del virus”, explicaron.

Redacción/El Nacional