Redacción /El Nacional
La Torre de pisa se ha convertido en uno de los lugares más turísticos del mundo pero pocos conocen la verdadera historia.
Su construcción comenzó el 9 de agosto de 1773 y empezó a inclinarse tan pronto como se inicio su edificación.
Su altura es de 55.7 a 55.8 metros desde la base, su peso se estima en 14 mil 700 toneladas y la inclinación de unos cuatro grados la ha llevado a estar alrededor de cuatro metros desnivelada de la vertical.
Esta junto a la catedral de la que forma parte una de las joyas del arte Romanico tanto que el gobierno del país italiano ha solicitado ayuda en diversas ocasiones para prevenir su derrumbe eliminando 70 toneladas de tierra de sus cimientos, reforzando las paredes para sellar el interior, colocando 630 toneladas de plomo en el lado norte a fin de contrarrestar el empuje de la torre, intentando reforzar el subsuelo del lado hundido con la inyección de nitrógeno líquido y removiendo rocas del subsuelo, para colocar barras de hierro en su lugar; sin embargo, ninguna de ellas obtuvo el resultado esperado.
En 1999, se logró estabilizar la torre mediante la remoción controlada de parte del subsuelo en el lado norte y se hizo retroceder la torre hasta la inclinación que había tenido en 1838. También se instaló un complejo sistema de monitoreo que permite la medición milimétrica del comportamiento estructural de la torre.
¿Sabes cuál es la verdadera función de esta torre? Forma parte de la catedral de Pisa y es un campanario. En su interior se encuentran siete campanas y es un edificio de ocho plantas.
En ningún registro de la época está escrito el nombre del arquitecto detrás de la construcción de la torre, por lo que se ha generado un gran debate. Unos aseguran que fue el arquitecto Bonanno Pisano, pero también se reconocieron como posibles autores a Diotisalvi, y a Beduino.
Su construcción se puede resumir en tres etapas: los tres primeros pisos de la torre se levantaron entre 1173 y 1178. En 1272 se reanudan los trabajos y para 1278 se alcanza el séptimo nivel. Finalmente, en 1370 la torre se completa oficialmente. Es decir, tardó 197 años.
Esta peculiar torre no se construyó inclinada, sino que por culpa de la insuficiente profundidad de sus cimientos, de solamente tres metros, el suelo comenzó a ceder casi al momento en que se empezó a construir, y desde entonces, la torre ha ido inclinándose.
Los dos últimos pisos de la torre no son paralelos, sino que se diseñaron en forma de cuña precisamente para tratar de compensar la inclinación.
Muchos pensarían que ésta es la torre más inclinada del mundo, sin embargo hace algunos años fue sobrepasada por el campanario de Suurhusen, en Alemana, con seis grados de inclinación, mientras Pisa cuenta con 4.5 grados solamente.
Gracias a su altura, se convirtió desde el siglo XIII en el faro, observatorio y símbolo de la ciudad. Su posición estratégica, trazada por los romanos, permitía observar decenas de kilómetros a la redonda, por lo que fue punto de vigilancia en tiempos medievales y renacentistas.
Se dice que en la Segunda Guerra Mundial, la armada de EU decidió demoler todas las torres de Pisa, pues representaban un peligro por las posiciones que podían tener los francotiradores del otro bando. La Torre de Pisa se salvó por una orden de retirada en el último instante.
Esta torre es un claro ejemplo del estilo arquitectónico románico pisano, con construcción en mármol blanco y su ornamentación exterior con galerías de columnillas que se enroscan en espiral.
La Torre de Pisa se ha estado inclinando a un ritmo de dos a tres milímetros anuales. Esto llevó a que en 1990 se cerrara su acceso al público por existir un verdadero peligro de colapso.