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Reyna Briseño/El Nacional.

El gobierno de Estados Unidos retiró formalmente a partir de este viernes a Cuba de la lista del Departamento de Estado sobre países de que promueven el terrorismo, informó la cancillería estadounidense en una nota oficial.

El plazo de 45 días de notificación al Congreso ha expirado, y el Secretario de Estado tomó la decisión final de rescindir la designación de Cuba como Estado Promotor del Terrorismo, que se torna efectiva hoy 29 de mayo, expresó el vocero del Departamento de Estado, Jeff Rathke.

De acuerdo con la cancillería, Estados Unidos mantiene significativas preocupaciones y divergencias con Cuba en diversos asuntos, pero que están fuera de los criterios relevantes a la rescisión de su designación para la polémica lista.

La salida de Cuba del listado en que hacía compañía a Irán, Siria y Sudán, refleja nuestra convicción de que Cuba reúne los criterios para ser excluida.

Cuba, apuntó la nota, no ha proporcionado ningún soporte al terrorismo internacional en los últimos seis meses y además ha proporcionado garantías de que no apoyara actos de terrorismo en el futuro.

La medida requerirá aún la publicación de la medida en el diario oficial estadounidense, el Federal Register, pero la cancillería en Washington dejó claro que la remoción de Cuba de ese listado se torna efectiva de inmediato.

Cuba había sido incluida a esa lista en 1982, bajo el argumento de que servía de santuario a militares de la organización vasta ETA y ofrecía soporte a la guerrilla de las Farc.

La salida de Cuba de la lista cerraría así un ciclo que se inició en 1982, cuando el país fue añadido al grupo.

En los últimos años, sin embargo, la permanencia de Cuba en la lista se había tornado más y más difícil, ya que el país pasó a ser el principal agente y el escenario de las negociaciones de paz entre las Farc y el gobierno de Colombia, explica Político.

Al estar en la lista, La Habana se enfrentó durante 33 años a cosas como la prohibición para vender o exportar armas, controles en transacciones, la prohibición expresa de proporcionar ayuda económica y el bloqueo a préstamos financieros de instituciones internacionales.

¿Pero qué consecuencias tiene su salida?, lo primero podría ser la apertura de embajadas. El presidente cubano, Raúl Castro, afirmó la semana pasada que se podrá proceder a nombrar embajadores una vez Cuba salga de la lista.

Salir de la lista es una cuestión simbólica que en política tiene importantes consecuencias intangibles y prácticas. El País el politólogo Arturo López Levy, cubano residente en EE.UU., pues ser considerado país patrocinador del terrorismo implica una larga serie de sanciones, como el bloqueo a cualquier intento de Cuba de obtener préstamos de instituciones financieras, como el Banco Mundial.

Por su ubicación y apoyos regionales, Cuba debería privilegiar el Banco Interamericano de Desarrollo BID, pero para ello tendría que volver a la Organización de Estados Americanos OEA, lo que significaría a la vez ratificar la Carta Democrática Interamericana, algo a lo que no parece dispuesta La Habana. Visto lo cual, el BM parecería una opción más llevadera, pero Washington tiene esa llave.

Ser eliminada de la lista también podría dar un mayor espacio para la negociación en temas bilaterales espinosos, como la base naval de Guantánamo o la renovación del acuerdo de extradición de 1904 que dejó de funcionar con la llegada de Fidel Castro al poder, explica López Levy.

Pero EE.UU. también se beneficia, pues le permitiría al Gobierno coordinar mejor su política hacia la isla sin introducir ruidos y sanciones que dificultan la relación con sus propios aliados, concluyen analistas.