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Dramatismo puro fue el vivido en el encuentro entre Croacia y Dinamarca, donde los comandados por Ivan Rakitic accedieron a la fase de los cuartos de final tras derrotar 3-2 en penales a los daneses.

El duelo comenzó con aromas mundialistas, un arranque prometedor y muy ilusionante para ambas aficiones quienes en solo cinco minutos ya habían gritado gol en la cancha del Nizhni Nóvgorod, en Rusia.

Desde el primer minuto la zaga defensiva croata demostró no estar precisa cuando en un saque de manos hacia Jorgensen, quien sorprendió al guardameta Subasic con un tiro de larga distancia, abrió los cartones apenas a los 55 segundos, y es que el arquero alcanzó a tapar la redonda pero la potencia venció su mano, incrustándola para el 1-0 parcial.

La respuesta fue casi inmediata, ya que tres minutos después Mario Mandzukic emparejó las cosas, amargando el festejo danés en las gradas. El atacante de la Juventus aprovechó un rebote dentro del área para definir de media vuelta y así poner el 1-1, apenas al 4’, ilusionando a todos por el comienzo tan goleador de ambas escuadras.

Sin embargo, los errores hicieron que los equipos fueran más cautelosos, apagando un poco las emociones del cotejo que de poco a poco iba perdiendo furor, cabe destacar que Rakitic y Eriksen fueron los futbolistas más movidos en la primera mitad, generando toda la ofensiva de sus respectivas selecciones.

Para el complemento la tónica sería la misma, Croacia siendo asediada por Dinamarca esperando una contra para rematar, situación que se pudo dar en un par de ocasiones, no obstante, la defensa estuvo atenta y a tiempo para evitar la caída de su meta, culminando el tiempo reglamentario con un empate a uno.

Néstor Pitana, encargado del arbitraje en el juego, enviaba las cosas hacia los tiempos extras, siendo esta etapa donde las emociones se explayaron en su máximo nivel. Al ser lo último era todo o nada para las naciones, por lo que las llegadas aumentaron e hicieron que volviera el furor al partido.

Pero fue hasta el 113’ que el corazón de millones de daneses se detuvieron, esto cuando Rebic ganó un rebote que lo llevó mano a mano con el arquero Schmeichel, sin embargo, al momento de quitarse al portero el croata fue derribado por una entrada por detrás, jugada que fue directamente decretada como penal pese a la intervención del VAR, por si la dudas.

La pena máxima fue ejecutada de mal forma por Luca Modriç, que desde los once pasos erró la oportunidad de sellar su pase a los cuartos de final, alargando aún más el ‘sufrimiento’ de los aficionados.

Pitaña silbó el final y todo se definiría en tanda de penales, fue ahí donde la imprecisión estuvo al margen del día por ambas partes.

Eriksen, Schone y Nicolai Jorgensen fallaron; mientras que Kjaer y Dehli marcaron para Dinamarca; asimismo, Badej y Pivaric erraron para Croacia, para que Kramaric, Modriç y Rakitic metieran a los croatas a la siguiente fase, donde enfrentarán a Rusia.

Edgar Martínez/ El Nacional