Coral Rodríguez/ El Nacional
Mientras tomaban sus asientos en un vuelo de TransAsia Airways que se estrelló en Taipéi, el miércoles, Lin Ming-wei y su joven familia estaban por tomar unas vacaciones.
Pero un ruido puso a Lin incómodo, y poco antes del despegue, pidió al personal de cabina si podían tomar una fila vacía en la parte trasera a la derecha del avión, que se dirigía a Kinmen, una isla en el estrecho de Taiwán, reportaron medios locales.
Minutos después, Lin luchaba por salir de los restos del avión y buscaba frenéticamente a su hijo en las aguas poco profundas y turbias del río Keelung.
Buscó durante tres minutos y cuando lo encontró, sus labios eran azules y su corazón no latía. Lin lo intentó reanimar.
“Él es mi único hijo. Era absolutamente necesario salvar su vida, no lo puedo perder”, lo citó el periódico Liberty Times.
Su hijo sobrevivió, al igual que su esposa, aunque ambos siguen en el hospital. Lin salió ileso y fue el único de los 15 sobrevivientes que no necesitan tratamiento médico.
Un escape con suerte
Lin pone la sobrevivencia de su familia en la decisión de último minuto de cambiar asientos.
Los informes iniciales indicaron que el lado izquierdo del avión turbohélice quedó dañado en el accidente, informó la Agencia Central de Noticias de Taiwán. La familia de Lin estaba sentada originalmente a la izquierda.
Un rescatista del Departamento de Bomberos de Taipei, que fue uno de los primeros en llegar a la zona, dijo que el agua ya llegaba a la cabina.
“Muchos pasajeros se enredaron en sus cinturones de seguridad y estaban colgados boca abajo”, citó Taipei Times.
Huang Chin-shun, un hombre de 72 años de edad, dijo que ayudó a salvar a cuatro personas desenganchando los cinturones de seguridad.
“Poco después de despegar, sentí que algo no estaba bien”, dijo a la afiliada de CNN, ETTV. “Pensé: ‘algo está mal con el motor’, porque siempre tomo este vuelo”.
Un total de 13 personas se salvaron en los esfuerzos de rescate inicial pero el progreso se desaceleró y el agua llenó por completo el fuselaje por la tarde, cuando una grúa lo levantó del agua.