La Justicia británica informó que se mantendrá detenido al conductor del camión frigorífico en el que se encontraron 39 cadáveres cerca de Londres la semana pasada, mientras que varias familias de Vietnam esperaban los resultados de unas pruebas de ADN para saber si las víctimas eran parientes suyos.

El domingo, las autoridades vietnamitas recabaron muestras de ADN para realizar exámenes y averiguar, como temen las familias, si había ciudadanos de su país entre las víctimas de esta tragedia, que puso de relieve las arriesgadas prácticas de los traficantes de personas.

Detenido poco después del hallazgo del camión, el miércoles en una zona industrial de Grays, al este de Londres, el conductor, Maurice Robinson (25 años), compareció este lunes por videoconferencia ante el tribunal de Chlemsford.

El juez decidió prolongar su detención hasta el 25 de noviembre, cuando tendrá que comparecer ante el tribunal penal de Old Bailey, en Londres.

El hombre, oriundo de Irlanda del Norte, fue acusado de homicidios involuntarios, trata de seres humanos, ayuda a la inmigración ilegal y blanqueo de dinero.

Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, firmó este lunes en un libro de condolencias en Grays, acompañado por el ministro de Interior, Priti Patel, informó su oficina.

Otro norirlandés fue detenido en Dublín el sábado, mientras que otros tres detenidos en relación con el caso obtuvieron la libertad bajo fianza, informó el domingo la policía.

En un primer momento, la policía británica creía que los 31 hombres y 8 mujeres encontrados en el camión eran chinos.

Pero varias familias de la provincia vietnamita de Nghe An se manifestaron y explicaron que familiares suyos habían emigrado de forma ilegal al Reino Unido, y que no tenían noticias de ellos desde hacía días.