Un puente que sobresale de la selva y cruza una carretera de cuatro carriles en una zona rural en las afueras de Río de Janeiro, fue construido para tamarinos leones dorados, unos pequeños primates color naranja que por décadas han estado en peligro de extinción.
El hábitat de estas criaturas, cuyo nombre deriva del mechón de pelo naranja que rodea su cabeza como si fuera una melena, está decreciendo debido a la deforestación. Los traficantes de animales también han atrapado durante décadas a estos monos de color brillante.
Cediendo a la presión de una asociación ambiental —y en acatamiento a una orden judicial— el administrador de la carretera concluyó a finales de julio la construcción del paso elevado que tiene como propósito contribuir a la conservación de la especie.
El puente, de unos 20 metros (65 pies) de ancho y el doble de largo, conecta la reserva biológica de Poco de Dantas, en la municipalidad de Silva Jardim, del estado de Río, con una finca que la Asociación del Tamarino León Dorado (AMLD por sus siglas en portugués) adquirió para convertirla en un parque ecológico.