Keith Davison, un hombre de 94 años, de Minnesota, Estados Unidos, construyó una piscina en su jardín para los niños del barrio porque no toleraba la soledad tras la muerte de su esposa.
El juez retirado relató que tras 66 años de matrimonio, su compañera de vida Evy Davison, murió el año pasado después de luchar contra el cáncer, por lo que empezó a sentirse deprimido y decidió encontrar la alegría dándole felicidad a los pequeños de su vecindario.
En la primavera, el abuelito empezó a construir la alberca en el suelo. En julio de 2017, la piscina, que tiene 32 pies de largo y nueve pies de profundidad, se abrió – y los niños de todo el barrio fueron a nadar.
“Sabía que vendrían”, dijo Davison.
El ex juez que tiene tres hijos adultos, pero no tiene nietos, se ve normalmente sentado en una silla junto a la piscina, viendo a los niños nadando, riendo y divertirse.
“No estoy sentado solo mirando las paredes”, dijo Davison.
Aunque a veces prefiere nadar tranquilamente, es muy raro que la piscina esté vacía, pues todos sus vecinos están felices con la nueva adquisición. Ahora, es un ‘abuelo’ con mucha compañía.
“Se podría decir que ha adoptado a todos los niños del barrio”, manifestó uno de sus vecinos.