Estados Unidos considera cerrar la embajada en Cuba después de una serie de inexplicables incidentes que han dañado la salud de los diplomáticos norteamericanos. “Lo tenemos bajo evaluación”, afirmó el secretario de Estado Rex Tillerson.
Los comentarios son el indicio más sólido hasta ahora de que Estados Unidos contempla una respuesta diplomática enérgica que podría abortar la incipiente e histórica renovación de relaciones entre los dos países. Las respectivas embajadas reabrieron en el 2015 tras medio siglo de hostilidades.
En declaraciones al programa “Face the Nation” de la cadena CBS, Tillerson dijo que “es un tema muy grave en el sentido al daño a la salud que ciertos individuos han sufrido. Hemos tenido que traer a casa a parte de ese grupo”.
De las 21 víctimas confirmadas, algunos tienen pérdida auditiva crónica o conmoción cerebral, mientras que otros sufren náuseas, jaquecas y zumbidos. Algunos tienen dificultades para concentrarse o para recordar cosas recientes.
Algunas de las víctimas sintieron vibraciones o escucharon sonidos que misteriosamente solo se percibían en algunas partes de ciertas habitaciones, por lo que los investigadores sospechan que se pudo haber tratado de “ataques sónicos”. Otras víctimas no escucharon nada, pero luego desarrollaron síntomas.
Tillerson los llamaba anteriormente “ataques a la salud”, pero el Departamento de Estado prefiere llamarlos ahora “incidentes”. No se han determinado las causas ni los culpables. Cuba niega haber sido la responsable y ha enfatizado que está dispuesta a ayudar en la investigación.
El gobierno estadounidense ha advertido que la cifra de personas afectadas podría aumentar a medida que más personas reportan sufrir los efectos.
El incidente más reciente ocurrió el 21 de agosto, según un funcionario enterado de los detalles pero que pidió permanecer en el anonimato.
Tillerson habló antes del viaje del presidente Donald Trump a Nueva York, donde hablará ante la Asamblea General de Naciones Unidas en los próximos días. Cuba está representada en la ONU pero es poco probable que Trump se vaya a reunir con funcionario cubano alguno.
Las autoridades estadounidenses ignoran quién pudo haber sido el responsable de los incidentes o qué artefacto fue utilizado. Los investigadores han manejado la hipótesis de ondas sónicas, un arma electromagnética o una misión de espionaje fracasada, dijeron a The Associated Press fuentes estadounidenses enteradas de las pesquisas. Tampoco se ha descartado la posibilidad de que haya sido otro país o sabotaje en el interior del aparato de seguridad cubano.
En Washington, algunos legisladores han activado la voz de alarma sobre lo ocurrido y han pedido que se cierre la embajada. El viernes, cinco senadores republicanos le escribieron a Tillerson pidiéndole no solo que cierre la embajada sino también que expulse a todos los diplomáticos cubanos en suelo estadounidense.
“La negligencia de Cuba a la hora de proteger a nuestros diplomáticos y sus familias no puede quedar sin castigo”, dijeron los legisladores, entre quienes estaban el senador Marco Rubio de Florida y el segundo senador republicano de mayor rango en la cámara alta, John Cornyn de Texas.