La MGF es la extirpación parcial o total de genitales externos femeninos por motivos no médicos. En el mayor de los casos se practica por circuncisiones tradicionales a menores de edad.
La mutilación genital femenina suele clasificarse en:
1. Infibulación: estrechamiento de la abertura vaginal, en este caso se cortan los labios menores y mayores, con o sin extirpación del clítoris.
2. Clitoridectomia: extirpación total del clítoris.
3. Excisión: extirpación total de los labios menores sin amputación de los labios mayores.
Ante esto, los riesgos inmediatos son dolor intenso, hemorragia, inflamación de los tejidos genitales, fiebre, problemas urinarios, e incluso, la muerte. En tanto, a largo plazo puede llegar a haber problemas vaginales como leucorrea (secreción genital blanquecina), complicaciones en el parto, trastornos psicológicos y problemas sexuales.
En la mayoría de los casos se practica en la infancia, en algún momento entre la lactancia y los 15 años.
Se calcula que en África se han sometido a unas 92 millones de niñas de 10 años o más de edad.
Las zonas donde más mutilaciones genitales se producen son en África (concretamente en las regiones occidental, oriental y nororiental), en Oriente Medio y en algunas zonas de Asia.
Unos 140 millones de mujeres y niñas sufren en la actualidad las consecuencias de la MGF
El 6 de febrero se celebra en todo el mundo el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina.