Couple Relaxing Together In Bed

Redacción/El Nacional

Los problemas sexuales femeninos son numerosos, y normalmente son un tabú en la sociedad, sin embargo, te presentamos los más comunes y sus tratamientos para alcanzar una plena vida sexual.

Anorgasmia

La anorgasmia es uno de los problemas sexuales femeninos más comunes. Se trata de la incapacidad de la mujer de alcanzar el clímax durante una relación sexual (o de una excesiva tardanza del orgasmo), lo que no implica que no exista excitación o deseo por la pareja, o que el orgasmo no pueda ser alcanzado por otros medios.

¿Cómo se trata la anorgasmia? No existen fármacos de eficacia probada para solucionar este problema, aunque se han utilizado sustancias inhibidoras como la mirtazapina. En general, los problemas sexuales femeninos, como la incapacidad de llegar al orgasmo, pueden ser solucionados mediante una terapia con profesionales especializados en sexología.

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Vaginismo

Otro de los problemas sexuales femeninos más frecuentes es el conocido con el nombre de “vaginismo”, que se caracteriza por una fuerte contracción de los músculos vaginales que impiden la penetración. Hay distintos tipos de vaginismo, los que pueden reconocerse según la gravedad del problema; el origen, sin embargo, es compartido, ya que suele ser psicológico.

Dispareunia

La lista de problemas sexuales femeninos continúa con uno muy relacionado al vaginismo: la dispareunia. Este problema consiste en dolores y ardores que pueden presentarse de forma previa a la penetración, durante la misma o una vez consumada; las causas pueden ser orgánicas (alergias, infecciones, irritaciones) o psicológicas.
Falta de lubricación

La falta de lubricación es otro de los problemas sexuales femeninos más presentes y está muy vinculado a dispareunia. Al igual que otros inconvenientes de este tipo, puede ser solucionado mediante terapia; también es posible utilizar un gel lubricante para facilitar la penetración y obtener una experiencia sexual más placentera.