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Redacción/ El Nacional

Diversos estudios han demostrado que durante la  exposición a una ducha con agua fría  nuestro cuerpo recibe lo que se llama estrés térmico, el cual es muy saludable para el cuerpo, porque activa el flujo sanguíneo. Esta activación tiene varias etapas según la duración de la ducha o tiempo de exposición y según la temperatura, en el contacto inicial lo que sucede es que nuestro cuerpo reacciona enviando la sangre a todos lados del cuerpo, irrigando rápidamente todo el organismo, lo que nos da esa sensación de energía. En este momento se produce una liberación de adrenalina, reacción de nuestro organismo al cambio de temperatura, esta primera etapa y las que siguen, aportan los siguientes beneficios:

 

  • Estimula la circulación de la sangre
  • Mejora nuestro sistema inmunológico
  • Activa nuestro sentido
  • Mejora nuestra concentración
  • Reduce la inflamación
  • Ayuda a cicatrizar heridas
  • Favorece la eliminación de toxinas
  • Incrementa los niveles de testosterona
  • Aumenta la quema de grasa
  • Reduce el dolor
  • Recuperación muscular
  • Tonifica la piel
  • Alarga la vida de nuestras células
  • Despeja y alerta los sentidos
  • Produce energía
  • Estimula el sueño
  • Contribuye a la mejora de músculos, tendones, articulaciones, tejidos nerviosos e incluso huesos
  • Nos da sensación de placer
  • Refina la piel
  • Aumenta el rendimiento atlético
  • Promueve la pérdida de peso

 

Mejora y combate las siguientes enfermedades

  • Enfermedades cardíacas
  • Diabetes
  • Ayuda a combatir estrés
  • Golpe de calor
  • Ayuda a prevenir la calvicie
  • Reduce la picazón

 

Nota: Es importante que todas las referencias son a duchas con agua fría por períodos normales, no se habla de baños de hielo ni helados. Sencillamente las duchas que uno normalmente toma, dos o tres veces al día, pero en vez de agua caliente estamos recomendando que tomen sus baños con el agua más fría que sus duchas puedan proporcionarles.

 

 

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