Científicos de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, aseguran que una persona necesita recibir abrazos y caricias desde sus primeros años de vida, para evitar que sus neuronas mueran por la ausencia del contacto físico.
La importancia de este contacto físico aumenta con el tiempo, por ejemplo, un estudio de la Universidad de Carolina del Norte sugiere que cuando otras personas nos tocan o abrazan se incrementan los niveles de oxitocina en la sangre, mejor conocida como la hormona del amor.
Por ello aquí te dejamos los cambios que generan en tu cuerpo al dar o recibir un abrazo.
-Incrementa tu confianza y seguridad
-Reduce los sentimientos de enojo y apatía
-Favorece la felicidad y mejora tu estado de ánimo al elevar la serotonina
-Fortalece tu sistema inmune al aumentar la producción de glóbulos blancos -Relaja los músculos
-Libera la tensión del cuerpo al equilibrar el sistema nervioso
-Disminuyen la presión arterial
-Reduce el riesgo de padecer demencia
De acuerdo con Virginia Satir, psicoterapeuta familiar, asegura que se necesitan cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho como mantenimiento y 12 para el crecimiento personal.