Nancy Vázquez/El Nacional
La vitamina D se trata de una pro-hormona, es decir no es una vitamina, si no una hormona que se activa a través de la síntesis que lleva a cabo nuestro cuerpo gracias a la exposición al sol.
Otro dato curioso de la vitamina D es liposoluble o soluble en grasa, por lo que tiene gran afinidad con muchas membranas celulares.
La vitamina D es de suma importancia, no solamente para mantener la salud y la fuerza de los huesos, sino que sus beneficios se extienden a todo el cuerpo humano gracias a que casi todos los tejidos y órganos del cuerpo tienen receptores de vitamina.
A continuación te decimos algunos de los beneficios de la vitamina D en el rostro:
- La vitamina D tiene gran influencia sobre los queratinocitos, células que componen más del 90% de la epidermis. La división de los queratinocitos se controla con la vitamina D; si la división no se lleva a acabo de forma adecuada, el resultado es debilidad y deshidratación de las células de la piel.
- La vitamina D es un factor determinante en el sistema inmunitario innato, del cual la piel forma parte, pues es la principal barrera contra agentes externos. En la misma medida, la vitamina D ayuda a formar barreras protectoras, por ejemplo, cuando sufres una herida, los queratinocitos son capaces de reconocer y combatir infecciones.
- La vitamina D también nos ayuda a reparar y curar nuestra piel. Enfermedades como dermatitis atópica o eccema, psoriasis o úlceras crónicas son resultado de una deficiencia de esta vitamina.
- La vitamina D es un antioxidante tan efectivo, que es considerado superior a la vitamina E, así que imagínate la manera en que nos protege de los radicales libres.
¿De dónde se obtiene la vitamina D?
La principal forma de obtener vitamina D es a través de la exposición al sol. Para evitar el fotoenvejecimiento y riesgos de cáncer de piel, la manera más adecuada de exponerte al sol es hacerlo durante 5 ó 10 minutos por la mañana antes de las 11 am. Esta vez prescinde de tu bloqueador solar, pues estarás impidiendo la síntesis de la vitamina D. También puedes encontrar esta vitamina en alimentos como leche, queso, huevos, aceite de hígado de bacalao y aceite de pescados grasos como el salmón o el atún.