Siempre dicen que “somos lo que comemos”, pero también “somos lo que bebemos” pues el agua es el principal componente de nuestro organismo y representa, de media, el 60% de nuestro peso corporal.
Por ejemplo, en los fetos que son un 75 por ciento de agua, el agua no solo es un solvente, también es un nutriente. Entre las funciones del agua, esta la del transporte, y su aportación en la secreción de desechos, su función linfática (hace que la sangre sea más líquida y llegue a todas las partes de cuerpo y su participación en la regulación térmica).
Por ello, es importante estar bien hidratado para ello hay que mantener en equilibrio el volumen ingerido con el excretado; aumentar el consumo si realizamos ejercicio intenso y en épocas de calor; leer la información nutrimental de las bebidas que consumimos, tomar infusiones ligeras, sopas o bebidas bajos en calorías.
Cabe recordar que una pérdida de un 2 por ciento de masa corporal puede tener un impacto en el rendimiento físico y puede afectar al estado de ánimo, un 5 por ciento puede alterar la actividad cerebral.
“Podemos pasar varios días sin comer, pero no tantos sin beber agua”