Como consecuencia de la pandemia de COVID-19, algunos artículos sanitarios como gel antibacterial y cubrebocas aumentaron sus ventas; sin embargo, las restricciones de movilidad y la suspensión de clases presenciales, para evitar contagios por el virus, provocaron una caída de 60 por ciento en la comercialización de productos para combatir la pediculosis o infestación de piojos.

De acuerdo con la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm), el hecho de que las clases se estén tomando de manera virtual y los niños no tengan contacto con otros, está disminuyendo el consumo de productos para eliminar los piojos y liendres.

De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en México se reporta una prevalencia de esta afección de entre 18 al 33 por ciento en algunas poblaciones de estudiantes de escuelas urbanas y rurales; sin embargo, el instituto aclaró que la estimación puede ser mayor porque los pacientes suelen ser tratados en el ámbito familiar, por lo que muchos casos de infestación nunca son revelados a las autoridades de salud.

Aunque la enfermedad no tiene que ver con falta de higiene, la vergüenza y el estigma hace que las personas no acudan al médico para tratar el problema. “El piojo busca una cabeza limpia porque requiere oxigenación, cuando no hay condiciones, el parásito migra a otro huésped”, afirma el IMSS.

Redacción/El Nacional