Brasília - A presidenta Dilma Rousseff, durante cerimônia no Palácio do Planalto, recebe apoio de intelectuais e artistas contra o processo de impeachment (Antonio Cruz/Agência Brasil)
Redacción/ El Nacional
Con lágrimas y gritos con referencias a Dios, el Senado brasileño se adentró en el debate final sobre el caso Dilma Rosseuff, antes de que este miércoles se decida si se destituye o no a la presidenta brasileña.
“Fue Dios quien hizo que, en el mismo momento, varias personas percibieran lo que sucedía en el país”, añadió esta abogada en sus argumentos para probar que la primera mujer en presidir Brasil violó la Constitución al manipular las cuentas públicas y que por eso debe dejar la presidencia.
Este juicio ha sido tan dramático en Brasil, que durante algunas sesiones de este día martes, abogados de defensa como de la acusación, terminaron llorando. “Canallas, canallas, canallas”, disparó el senador Roberto Requião, del PMDB y defensor de Dilma Rousseff, haciendo referencia al golpe de Estado contra Joan Goulart en 1964.
Rousseff fue suspendida de su cargo el 12 de mayo y asumió de forma interina su exvicepresidente Michel Temer. Si todo sale tal como pronosticaron los sondeos, será este político conservador, de 75 años, enemigo acérrimo de Dilma, quien se convertirá en presidente de Brasil y para ello, se requiere el voto de 54 senadores.