fetichismo

Redacción/El Nacional

La pornografía está al alcance de todos, con un solo clic puedes entrar a páginas que contienen vídeos eróticos y pornográficos con los cuales personas pueden saciar su placer sexual.

Un estudio publicado en la revista Archives of General Psychiatry aseguró que el consumo elevado de pornografía puede alterar la estructura y el funcionamiento de nuestro cerebro.

Igual que el sexo, la pornografía hace que nuestro cerebro libere dopamina, sustancia responsable del placer y las emociones. Sin embargo, a diferencia de las relaciones sexuales, la pornografía produce un exceso de esta sustancia, la cual puede producir desórdenes cardiovasculares, renales y endocrinos. Además, esta descarga genera un tipo de adicción en la que nuestro organismo busca saciar de la misma manera para sentirnos “plenos” nuevamente.

Según este estudio, mientras más pornografía se consumía, las conexiones cerebrales se deterioran, y la zona encargada de la toma de decisiones, el comportamiento y la motivación también se modificaba negativamente.

Durante el estudio utilizaron una muestra de 64 hombres de entre 21 y 45 años que veían pornografía cuatro horas a la semana. Les hicieron tomografías mientras miraban vídeos pornográficos y compararon el resultado con aquellos que se dedicaban a otras actividades, como hacer ejercicio o simplemente arreglar su hogar. Cuanta más pornografía consumía, más se deterioraban las conexiones neuronales entre el cuerpo estriado de su cerebro y la corteza cerebral. A este síntoma se le conoció como Porn Brain.