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Redacción/ El Nacional

Los cambios en el microbioma vaginal están asociados con efectos sobre la microbiota intestinal de los bebés y en el cerebro en desarrollo, según un nuevo estudio publicado en ‘Endocrinology’. Esta investigación revela que el estrés materno altera tanto la microbioma vaginal de la madre como la del intestino de su bebé e, incluso, el cerebro.

 

El neonato se expone a la microbiota vaginal maternal durante el parto, siendo la principal fuente para una colonización intestinal normal, la maduración inmune del huésped y el metabolismo. Estas primeras interacciones entre el huésped y la microbiota se producen durante una ventana crítica del desarrollo neurológico, lo que señala la vida temprana como un periodo importante de diafonía entre el intestino y el cerebro en desarrollo.

 

“El estrés de la madre durante el embarazo puede afectar al desarrollo de su descendencia, incluyendo el cerebro, a través de cambios en el microbioma vaginal que se transmiten durante el parto vaginal”, advierte uno de los autores del estudio, Tracy Bale, de la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos.

 

“Como el intestino del recién nacido está inicialmente poblado por el microbioma vaginal materno, los cambios producidos por el estrés materno pueden alterar esta población inicial de microbios, así como determinar muchos aspectos del sistema inmune del huésped que también se establecen durante este primer periodo”, añade.

 

INVESTIGACIÓN EN MODELO ANIMAL

En este estudio, los investigadores utilizaron un modelo de ratón establecido de estrés materno temprano, que incluía intervalos de exposición al olor de un depredador, la limitación y ruidos nuevos como los factores de estrés. Dos días después del nacimiento, se recogió tejido de las madres y del intestino distal de las crías para analizar, además de que se examinaron los cerebros de las crías para medir el transporte de aminoácidos.

 

Los investigadores encontraron que el estrés durante el embarazo se asocia con alteración de la composición de la microbiota vaginal materna e intestinal de la descendencia. Estos resultados demuestran el importante vínculo entre el microbioma vaginal materno a la hora de poblar el intestino de su descendencia al nacer y el profundo efecto de experimentar estrés materno en esta población microbiana y en el intestino temprano y el desarrollo del cerebro, sobre todo en la descendencia masculina.

 

“Estos estudios tienen un enorme potencial de traducción, ya que muchos países ya están administrando la aplicación oral de lavados vaginales para los bebés nacidos mediante cesárea con el fin de asegurar la exposición microbiana apropiada –dice Bale–. Conocer cómo las experiencias maternas como el estrés durante el embarazo pueden alterar el microbioma vaginal es crítico en la determinación de las poblaciones en riesgo”.