La mexicana Comisión Federal de Competencia Económica anunció este jueves que citó a equipos del fútbol del país y a otros agentes económicos para que se defiendan de acusaciones por presuntamente coludirse en prácticas monopólicas en compra de jugadores.

“Se determinó emplazar a los probables responsables e iniciar la etapa de procedimiento seguido en forma de juicio para que manifiesten lo que a su derecho convenga y ofrezcan pruebas relacionadas con las imputaciones hechas en su contra”, informó la Comisión en una nota de prensa.

El ente regulador inició desde 2018 una investigación por prácticas monopólicas en el balompié mexicano por una presunta manipulación de los clubes en los precios de los futbolistas y por restringir la contratación de los jugadores en otros equipos.

Según el organismo, los probables responsables podrían hacerse acreedores a una multa de hasta el 10 por ciento de sus ingresos y a las personas involucradas se les podría iniciar un proceso penal que derivaría en un castigo de entre 5 y 10 años de prisión.

“Las prácticas monopólicas absolutas o colusiones son conductas que consisten en contratos, convenios o arreglos entre agentes económicos competidores entre sí, cuyo objeto o efecto sea la manipulación de precios, restricción o limitación de la oferta o la demanda, división o segmentación de mercados”, añadió el organismo.

La Cofece explicó que una vez que los actores del balompié presenten sus pruebas en la defensa, se tomará un tiempo para emitir un fallo en el que se determinará si son culpables o no, así como el probable castigo al que serían acreedores.

En el fútbol mexicano, una de estas prácticas monopólicas en fichajes se conocía coloquialmente como el ‘Pacto de caballeros‘ y consistía en que un futbolista sin contrato no era libre de negociar con otro equipo sin antes pedirle permiso a su último club, que regularmente solicitaba dinero a cambio.

Esta regla no escrita contradecía a la reglamentación de FIFA, que permite a los jugadores sin contrato negociar libremente con un nuevo equipo.

Esta norma entre directivos quedó abolida desde 2018, cuando la Asociación Mexicana de Futbolistas, una especie de sindicato de jugadores, negoció su eliminación con los dueños de los equipos.