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El objetivo es que cada noche del niño -y de los padres- sea un espacio de descanso para empezar una nueva jornada con vitalidad y con el mejor de los ánimos afirman los especialistas

Para lograrlo, dan una serie de pautas para inculcarles a los pequeños hábitos saludables para dormir solos y bien.

El buen descanso nocturno de los pequeños inicia en las mañanas, justo al despertarse. Por eso recomienda que les enseñen a los pequeños a tomarse un tiempo para disfrutar de levantarse, para que vivan el gusto que da despertarse.

Una forma de ponerse en marcha por la mañana con energía, pero sin estrés, es estirar los músculos; es decir, dedicarse unos minutos  a sacudirse el sueño del cuerpo, a recuperar el tono muscular para emprender las actividades cotidianas.

Asimismo resalta la importancia del desayuno en la rutina de los niños, pues esta comida es fundamental para que comiencen el día con energía. Destaca que repartir la ingesta de calorías a lo largo del día es necesario para mantener un óptimo nivel de actividad durante toda la jornada.

Su energía y su ánimo serán determinantes en el desarrollo de sus actividades, aspecto clave para el buen descanso. “Los niños rebosan energía, y si no la queman, por la noche están intranquilos. Esta inquietud responderá a la falta de movimiento, a toda la energía que se ha acumulado y que no se ha podido utilizar.

Existe una franja horaria de unos 20 o 30 minutos que es imprescindible para el niño, y son los minutos previos a irse a la cama. Depende de cómo se gestione ese tiempo  el niño dormirá mejo o peor. Los padres son los protagonistas de ese lapso, pues esos minutos deben ser especiales y el niño debe sentir que sus padres están únicamente por él. La narración de cuentos es, sin duda, uno de los métodos que mejor resultado tiene en el sueño de los niños. Pueden ser historias rimadas, fábulas, cuentos de hadas o de humor sencillo, trabalenguas o adivinanzas. De este modo, finalizado ese período, estarán más dispuestos a retirarse a su cuarto o a meterse a su cama. Porque lo importante no es tanto el juego o la actividad en sí, sino que el niño sepa que ese momento ha sido creado específicamente para él.

La cena es una comida fundamental y puede marcar la diferencia entre un buen descanso nocturno o una noche con muchos problemas para conciliar el sueño. Es importante conocer los alimentos que benefician el sueño, prepararlos siempre sin adición de grasa y enseñarles a los pequeños a cenar temprano para que hagan su digestión correctamente y no se vayan a la cama con el estómago lleno.

Los alimentos ricos en triptófano son beneficiosos,  dicho aminoácido es precursor de la serotonina, encargada de reducir los niveles de estrés en el cuerpo. Se encuentra en alimentos como la leche, las carnes magras, el pollo, el pavo, el salmón, el atún y los mariscos.

Es necesario  inculcarles a los niños el hábito de dormir solos. Un niño  que tine dificultades para conciliar el sueño  solo está pidiendo a gritos  unos horarios regulares; de esta forma le resultará más sencillo adquirir el hábito.

¿Cuál él es la hora indicada para hacerlo? Entre las 20:00 y 21:00 horas. También es importante que cenen a la misma hora, pues así asociarán el momento de la cena a que están a punto de irse a la cama. Por eso es recomendable que, justo cuando acabe de cenar, se retiren de la mesa los cubiertos, platos y vasos; así el reloj interno del niño aprende que, una vez ha terminado, es momento de empezar a relajarse para irse a la cama.