En la actualidad hay muchos mitos en cuanto al estado de la vagina durante las relaciones sexuales. ¿Demasiado apretadas?, ¿demasiado flojas? . Hasta la fecha existen personas que creen que las vaginas virgenes son extremadamente más estrechas y que al tener mucho sexo se afloja y se ensancha. ¿Cierto o falso?

Es importante que se entienda la anatomía vaginal, pues su tejido muscular es bastante elástico. Hay dos excepciones cuando se presenta la excitación sexual y en caso de llevar a cabo un parto. De lo contrario, la vagina se mantiene contraída, aún más si la mujer está nerviosa o ansiosa.

Cuando se presenta la relación sexual,  la vagina se relaja a tal grado que los músculos permiten la inserción del miembro. Pero esto no significa que si tu vida sexual es bastante activa, vas a terminar con la vagina floja.

El hecho de que la zona sea tan flexible, tiene mucho que ver con el tiempo que la mujer requiere para alcanzar el clímax, por lo menos 30 minutos de  caricias, besos, susurros y abrazos. Si el hombre quiere que a ella se le facilite cumplir con todo tipo de posición sexual, hay que lubricar lo suficiente para evitar el dolor.

Claro está, si se presenta dolor sexual es posible que tenga una especia de vaginismo.

Y ENTONCES, ¿SE AFLOJA?

El tejido muscular, se estira y se contrae de nuevo, no importa la cantidad de veces que se lleve a cabo el coito. Por su parte, en cuanto al parto por lo regular en el caso de mujeres jóvenes, después de los 6 meses de dar a luz la vagina vuelve a su tamaño normal.

No obstante, es posible, (según la genética) que después de varios partes, la elasticidad no sea la misma. Esto por los músculos se agotan y ya no vuelven a contraerse como antes. Claro está, con el paso de los años eso es muy normal en las mujeres.

Lo curioso es que las estadísticas explican que las mujeres están teniendo hijos entre los 30 y 40 años, por lo que al combinarlo con el parto, la posibilidad de tener una vagina más floja aumenta.