La tensión entre China y Taiwán ha aumentado en los últimos días, después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmara que defendería a la isla si China intentara invadirla por la fuerza. En respuesta, el Ejército chino ha realizado varias maniobras militares cerca de Taiwán, con el objetivo de enviar un mensaje de advertencia a las fuerzas separatistas y a sus aliados externos.
Según informó la televisión estatal china, CCTV, las maniobras incluyeron el despliegue de cohetes, misiles, buques y aviones, que se enfocaron en tomar el control del mar, el aire y la información. El portavoz del Teatro de Operaciones del Este del Ejército Popular de Liberación, Shi Yi, dijo que se trataba de una “seria advertencia” contra la “provocación de las fuerzas separatistas” y una “acción necesaria para proteger la soberanía nacional y la integridad territorial” de China.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Taiwán denunció que al menos 71 aviones militares y nueve buques de guerra chinos cruzaron la línea media del estrecho de Taiwán, que ha funcionado como una frontera no oficial pero respetada por ambas partes. La dependencia calificó las maniobras chinas como “un acto irracional que pone en peligro la seguridad y la estabilidad regionales” y aseguró que los militares taiwaneses respondieron con una actitud “calmada, racional y seria”, montando guardia y vigilando la situación.
Taiwán es una isla que se autogobierna desde 1949, cuando los nacionalistas chinos se refugiaron allí tras perder la guerra civil contra los comunistas. Sin embargo, China considera a Taiwán como una provincia rebelde que debe reintegrarse al territorio continental por la vía pacífica o por la fuerza. La isla es uno de los mayores motivos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con China.
Las declaraciones de Biden han generado una fuerte reacción por parte de Pekín, que ha acusado a Estados Unidos de interferir en sus asuntos internos y de alentar las aspiraciones independentistas de Taiwán. El presidente chino, Xi Jinping, ha reiterado su compromiso con la reunificación pacífica, pero también ha advertido que no tolerará ninguna injerencia externa ni ningún intento de separación. Las maniobras militares son una muestra de la determinación y la capacidad de China para defender su soberanía e integridad territorial ante cualquier amenaza.