La ruta del dinero desviado por el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, llegó al financiamiento de campañas en Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Nuevo León, Durango y Veracruz; sin embargo, sus autoridades, en dos casos, se negaron a emprender investigaciones y conocer el destino final de los recursos, a pesar de pertenecer al mismo partido del actual mandatario, Javier Corral.
En entrevista con MILENIO, el fiscal general de Chihuahua, César Peniche, afirmó que el ex mandatario era una pequeña parte de una red de corrupción que se dirigía desde las secretarías de Hacienda y de Gobernación, donde en los tiempos que era encabezada por Alfonso Navarrete Prida, recibió llamadas para “evitar consecuencias por las indagatorias”.
Peniche comentó que Duarte usó el dinero del erario para su plan de retiro, que eran tres escenarios: ser el mayor ganadero del norte del país, dirigir el PRI y consolidar una empresa inmobiliaria con su amigo y ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge.