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Redacción/El Nacional

Según un estudio reciente, la pérdida de felicidad que han experimentado los padres después del nacimiento del primer hijo ha sido más grande que su experiencia con el desempleo, el divorcio o la muerte de una pareja.

Un nuevo estudio sugiere que la experiencia del inicio de la paternidad –el embarazo y la primera etapa del bebé– es especialmente estresante para las personas, lo que hace menos probable que quieran tener otro hijo.

El estudio realizado por el Instituto Max Planck de Investigaciones Demográficas en Rostock, Alemania, descubrió que “cuanto mayor sea la pérdida del bienestar, menor es la probabilidad de un segundo bebé”. El efecto es especialmente fuerte para los padres con mayor educación superior y para aquellos que esperaron más tiempo para tener un segundo hijo.

Eso puede escucharse como algo obvio, pero tiene implicaciones políticas para países con una baja tasa de nacimientos, sugieren los autores.

Los hallazgos fueron recientemente publicados en la revista Journal Demography por Mikko Myrskyla, demógrafo y director en el Instituto Planck, y Rachel Margolis del departamento de sociología en la Universidad de Western Ontario.

Los investigadores observaron la información de bienestar de dos mil padres primerizos, desde dos años antes del nacimiento de su primer hijo hasta el año después de su nacimiento. Descubrieron que el 58% de los participantes decidieron tener un segundo hijo nueve años después de haber tenido al primero.