Edgar Martínez/ El Nacional
Una emotiva y nostálgica despedida es lo que al menos nos deja ‘Cars 3’, pues los años ya le han pasado cuentas a un excéntrico “Rayo McQueen”, y que se ha visto opacado por el talento joven dentro de la famosa Copa Pistón.
Tal vez luzca igual, con ese rayo en sus lados que lo caracteriza, sin embargo, la velocidad ya no es tan grande como su ímpetu, por lo que tendrá que encontrar una salida a ese “bache” en el que nuestro querido Rayo se encuentra.
Una historia muy conocida por muchos – que no mencionaré para evitar spoilers – y demasiado emotiva, la cual inicia con un toque de la primera película y esa tan famosa frase “Soy Veloz” que McQueen utiliza siempre para inspirarse.
Viejos personajes que sin duda casi no se recordaban, viejas anécdotas y pequeños flashbacks del primer film son los que hacen de esta tercera parte (y al parecer última), algo emotiva y sin duda muy entretenida.
La trama consta en que nuestro querido protagonista está perdiendo reflectores ante un nuevo competidor, un joven y ególatra corredor de nombre Jackson Storm, quien azota la pista de la Copa Pistón con su poderío enorme en la velocidad dejando ver a los experimentados corredores como “chatarras oxidadas”.
Poco a poco los amigos de McQueen dentro de la pista pierden brillo hasta que optan por retirarse, dándole paso a los nuevos modelos de autos de carreras, quienes marcan la nueva generación dentro de la competencia entrenando virtualmente y con el equipo tecnológico número uno del mundo.
Es aquí cuando McQueen emprenderá una nueva aventura en busca de ganar velocidad para poder derrotar a su nuevo competidor, quien dicho sea de paso, nos hace recordar un poco a los inicios del Rayo.
Claramente Cars 3 nos muestra un gran paso generacional hacia nuestros protagonistas, siendo éste el mensaje principal de la película.
“Renovar o morir en el intento”, prácticamente eso es lo que piensa McQueen, sin embargo, no todo está en “morir”, pues a veces es más viable dejarle paso a alguien mejor.
Lo destacable y más nostálgico aún, fueron esos pequeños flashbacks que nuestro “letritas” tuvo en esta película, secuencias con Doc Hudson que pusieron la piel chinita a los fieles seguidores de esta trilogía. Y es que en cada uno de ellos conservaba el audio original, es decir, la entrañable voz del Paul Newman (q.e.p.d) vuelve a escucharse.
Mientras que en el doblaje latino, Pedro Armendariz Jr. tuvo su pequeño homenaje, pues el ya fallecido actor mexicano dio voz al legendario Doc Hudson y en este tercer film nos rinden un buen tributo a ambos.
Sin duda Cars 3 representa un homenaje mayor hacia la primera película, como dejándonos ver que la segunda parte jamás existió (algo así como lo ocurrido con X-MEN). Asimismo, con la inclusión de nuevos personajes, como Cruz Ramírez, llevan consigo un menaje de equidad, acabando con todo tipo de estereotipos sobre si la mujer debe o no ser corredora.
Algo así como Creed (Rocky 7 para algunos) pero en versión auto, es lo que se vivió con esta experiencia llamada Cars 3; por lo que parece ser que este es el fin a una franquicia no tan exitosa en premios para Pixar como ha sido Toy Story, pero que en cuestión de mercadotecnia es y seguirá siendo un hitazo.