En Canadá desde el primero de enero y al menos por dos años, aquellas personas que no sean canadienses no podrán adquirir una casa o departamento. Una medida que busca combatir la escasez de viviendas y pisos en el país.
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Los refugiados y los residentes permanentes serán la excepción, la ley solamente será aplicada en residencias urbanas y no a aquellas estructuras turísticas como las casas de verano.
Justin Trudeau, primer ministro de Canadá fue quien propuso esta medida a lo largo de su campaña electoral de 2021. El partido Liberal, había señalado que los inversores extranjeros se excedían en sus precios, provocando dificultades para los canadienses al momento de buscar vivienda, por lo que la ley fue aprobada en primavera.
Opiniones de expertos indican cierta incertidumbre respecto a que la medida logre su cometido, debido a que los extranjeros representan menos del 5% de los propietarios de viviendas en Canadá, esto según la agencia nacional de estadística. Apuntan que sería mejor incrementar la velocidad en que se construyen nuevas viviendas.