Redacción/ El Nacional
Reguladores californianos aprobaron un conjunto de reglamentaciones según el cual, por primera vez, se impondrán reducciones en el uso del agua en todo el estado, en el contexto de una histórica sequía que ya entra en su cuarto año de duración, con fallidos esfuerzos por conservar los recursos hídricos.
Los 411 distribuidores urbanos de agua en el estado tendrán que recortar su uso de un 8 a un 36 por ciento, resultando afectadas algunas de las comunidades más ricas, que no han hecho muchos esfuerzos por reducir su consumo.
Por el contrario, las ciudades que sí han hecho la tarea, se verán beneficiadas con una reducción menor. La sequía ha obligado a los productores del estado más poderoso del país a nivel agrícola a dejar millones de acres de tierra sin cultivar, mientras algunas comunidades rurales hacen todo lo posible por obtener agua.
El costo de las perforaciones en busca del vital líquido se ha triplicado debido a la demanda y al muy bajo nivel al que han llegado algunos acuíferos en algunas regiones de California.
El precio del agua está por los cielos mientras que los distribuidores aumentan los costos para evitar trabajar a pérdida. Sabemos que no le estamos pidiendo a la gente algo fácil, asegura Felicia Marcus, directora de la Mesa de Control de Recursos Hídricos del estado de California SWRCB, antes de que se aprobara la nueva reglamentación este martes.
Es mejor prepararnos ahora que enfrentar cortes más dolorosos si no llueve durante el otoño.
El gobernador Jerry Brown, demócrata de 77 años, convocó en el 2014 a una reducción voluntaria del 20 por ciento, pero aún se está muy lejos de alcanzar la meta. Los californianos apenas sí alcanzaron a reducir un 3.6 por ciento en marzo de ese mismo año en comparación al mismo mes en el 2013, y un 8.6 desde junio. Ante este panorama, Brown, mediante una orden ejecutiva, conminó en abril a la SWRCB a que imponga restricciones que redujeran el consumo hasta en un 25 por ciento.