Redacción/El Nacional

Un niño secuestrado, un taquero asesinado y dos cuerpos enterrados es lo que el municipio de Cadereyta ha estado viviendo esta última semana, por ello los ciudadanos exigen a las autoridades tomar las acciones necesarias para parar esta ola de violencia y miedo.

Desde el pasado 17 de mayo, los jimeneses se encuentran consternados por las tragedias que se han vivido, desde el asesinato de un joven taquero identificado como Eustacio Rodríguez Flores de 25 años, quien se encontraba esperando a su novia cuando fue atacado a balazos en la calle Gonzalitos entre Martín de Zavala y Capitán Alonso de León.

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Ese mismo día a media noche, se volvieron a escuchar detonaciones en el centro del municipio pero el blanco fue el carro donde una pareja se encontraba. Las dos personas identificadas como Eduardo Garza Cortés de 43 años y Sanjuana Salazar Treviño de 43 fueron trasladadas a la clínica San Andrés.

Garza Cortés presentaba una herida de bala en el costado izquierdo mientras que Salazar Treviño presentaba dos impactos de arma de fuego uno a la altura del corazón y otro en el torso, sin embargo, los heridos se encuentran fuera de peligro.

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Al siguiente día, los medios de comunicación revelaron que un menor de tan sólo 12 años fue secuestrado en la colonia residencial “Lomas de los Pilares”.

De acuerdo a las autoridades, el joven identificado como Juan Daniel Garza Flores, fue sacado de su casa con lujo de violencia alrededor de las 20:30 horas del 17 de mayo, cuando  se encontraba al cuidado de su tío.

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Por ello, tras el secuestro del menor y un intento más de plagio a una mujer, los habitantes de Cadereyta protestaron de manera pacífica en la plaza principal del municipio con veladoras y carteles exigiendo paz.

Los jimenenses pidieron al Alcalde Santiago Preciado y al Gobernador del Estado, Jaime Rodríguez Calderón que tomen acciones para detener la ola de inseguridad que azota al municipio.

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Mientras que la mañana de este viernes fueron encontrados los restos de dos personas en un predio ubicado en la comunidad Hacienda Vargas del municipio de Cadereyta Jiménez.

De acuerdo a los informes de la Procuraduría de Justicia de Nuevo León (PGJNL), los cuerpos tienen al menos un mes en estado de descomposición sin embargo, por su estado aún no han podido identificar ni el sexo ni la edad de los cadáveres.

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Actualmente la zona se encuentra resguardada y los Elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), Servicios Periciales y Servicio de Médico Forense (semefo), no descartan que haya más cuerpos en el sitio.