Redacción / El Nacional
Ante la aprobación de la ley SB1070, en Arizona en 2010, la cual básicamente permite a la policía detener a alguien por la calle y pedirle sus papeles solo por el color de su piel, nació el Centro de Información y Asistencia a Mexicanos (CIAM), organismo dedicado a localizar a mexicanos extraviados en Estados Unidos.
Ubicado en las instalaciones del Consulado de México en Tucson, Arizona; la organización recibe entre 700 y 800 llamadas al día y el 70% de ellas son para preguntar por el paradero de personas que iban a cruzar ilegalmente a Estados Unidos.
En sus primeros seis meses de existencia en el año 2013, el CIAM recibió 26.300 llamadas; cifra que alcanzó las 92.500 llamadas en 2015; y actualmente cuanta con 13.000 llamadas en lo va del año.
Con el número 1 855 4636395, son la cara más dramática del teléfono de México en EE UU, y su personal recibe formación no solo en recursos de información, sino en psicología. También visitan la frontera, toman cursos de la patrulla fronteriza y visitan los centros de detención y los comedores sociales.
Esto con el fin de conocer el contexto de los inmigrantes que se comunican con ellos. “A veces a la gente al otro lado se le salta el llanto o entra en crisis y les ayudamos a tranquilizarse”, explica F. A..
Considerándose como una especie de cerebro de la red consular más grande del mundo, la de México en EE UU. El mismo teléfono sirve para rescate en el desierto, información fiscal o de actualidad migratoria, o tranquiliza a la gente sobre eso que han oído de que van a construir un muro en la frontera.
Al recibir una llamada en la que se les cuestiona por individuos desaparecidos, los telefonistas consultan las bases de datos públicas de personas en Estados Unidos. En segundos, con la otra persona al teléfono, consultan las bases de datos del sheriff, los juzgados y el sistema penitenciario.
“La idea es atender de forma profesional e inmediata llamadas de connacionales que tienen dudas sobre los servicios consulares”.
“Lo más difícil es cuando no podemos encontrar a la persona que ha cruzado y no podemos dar la información a alguien angustiado al teléfono”, explica el cónsul mexicano en Tucson, Ricardo Pineda.
Además, el personal del Consulado es el encargado de identificar cuerpos de migrantes a la morgue de Tucson, un lugar donde se acumulan más de un centenar de cadáveres al año recuperados en el desierto. Algunos son recientes, otros llevan meses o años en el desierto. El año 2010 marcó un récord en esta macabra estadística con 223 cuerpos recuperados. El año 2014 fueron 107, según datos del forense de Tucson.
Cabe destacar que la información de los operadores es resguardada con gran detalle, debido a que “el crimen organizado está muy activo a ambos lados de la frontera” y no buscan que el interlocutor pueda tener algún tipo de poder sobre el agente.
Con información de: El País