Camisa_blanca_antimanchas

 

Valeria Gonzalez / El Nacional

Después del Apple Watch de las camisas sin arrugas y del biquini anti quemaduras la moda y la ciencia vuelven a ir de la mano con una firma neyorquina que ha inventado lo que parecía imposible la blusa blanca que repele las manchas de café, vino, kétchup y hasta chocolate.

 

Se trata de la blusa repele manchas ideada por Elizabeth & Clarke un sello

Online que se enfoca en diseñar blusas y camisetas básicas de buena calidad a un precio razonable y que a partir de septiembre entregaran las primeras camisetas transpirables para mujer que la mostaza puede traspasar.

 

A través de la nanotecnología y de la colaboración con un químico, Elizabeth & Clarke ha conseguido que la formulación aplicada a la camisa todavía permita que el tejido, un crepé de chine, sea tan suave, cómodo y transpirable como el resto de blusas semejantes.

Tiene estas fibras minúsculas encima del tejido, 100 mil veces más pequeñas que un grano de arena, que hacen que el líquido se quede suspendido. Por esto, porque son tan pequeñas, todavía pueden ser transpirables como cualquier otra camisa”, explica la joven, de 30 años.

 

Esta nueva tecnología está hecha a prueba de cualquier mancha con base acuosa o aceitosa que pueda interrumpir el día a día de la mujer trabajadora. Moore asegura que se dirige a un público femenino de entre 30 y 50 años, “profesional, que es madre o que quiere serlo, y que está muy ocupada”.
Así, en los seis meses de pruebas que les llevó encontrar la fórmula correcta, Elizabeth & Clarke ha probado su camisa con “cualquier líquido, comida o sustancia que puedas encontrar en casa”, desde leche, nata, vino, café, salsas o hasta el jugo más pringoso de un kebab. En resumen: “cualquier cosa que podrías tirarte encima”.
 

El invento no es nuevo pues ya se habían llevado a cabo ideas parecidas a nivel industrial o deportivo, pero sí que es “la primera blusa diaria blanca para mujeres” que repele las manchas por un periodo de entre uno y varios años, dependiendo del uso y del número de lavados, menor que en el resto de prendas porque no se le adhiere el sudor.
 

La idea se suma, así, a la tendencia del “smart clothing” o la moda inteligente que está empezando a avanzar en el sector desde que se popularizaran accesorios como el reloj de Apple, las gafas de Google o los primeros biquinis inteligentes que incorporan un sensor de rayos ultravioleta que avisa a través del móvil cuando hay riesgo de quemaduras solares.