Para la mayoría de la sociedad un beso es un gesto de amor, cariño, deseo, respeto, saludo o de muchas otras emociones dependiendo de la zona corporal donde se dé, por ejemplo, el ano.

Así es, besar esa zona donde los rayos del sol no llegan, es conocido como el “Beso Negro” y es una práctica sexual que está tomando auge en los últimos años.

De acuerdo a los estudios científicos, en el cerebro existen cinco zonas que se activan al momento de besarse, liberando así hormonas como la oxitocina, dopamina y adrenalina, las cuales se encargan de dar mayor o menor intensidad al organismo.

Ya te lo estás preguntando, ¿verdad? Acertaste, el ano es una de las cinco zonas más placenteras para dar un beso. Un gusto culposo, un placer sucio. Considéralo un beso fuera de lo convencional y con un alto grado de excitación.

Beso Negro”, quizá sea el nombre más popular que se le ha dado a esta práctica, el cual consiste básicamente el lamer el ano de tu pareja, e incluso en llegar a introducir la lengua por el recto, logrando así estimular las zonas erógenas que rodean el esfínter.

Estamos conscientes que el gusto se rompe en géneros y que este acto no es del agrado de todas las personas, pero el beso negro es una práctica placentera indistinta para hombres o mujeres.

Como todo en el sexo, debe practicarse con mucha responsabilidad y gran sentido de la higiene,  ya que el recto es una de las zonas humana donde se generan más gérmenes y bacterias.

Redacción/El Nacional